Cientos de miles de personas identificadas como individuos que usan drogas en China y todo el Sudeste Asiático están internadas sin el debido proceso en centros en los que pueden ser sometidas a formas de tortura y violencia física y sexual denominadas “tratamiento”, Human Rights Watch señaló en un documento informativo. Los donantes internacionales y los organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han apoyado y financiado centros de detención para personas que usan drogas que niegan sistemáticamente a los internos el derecho a un tratamiento eficaz para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la dependencia a las drogas, y han ignorado el trabajo forzoso y el maltrato.
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